Los seres humanos no se fabrican en serie, tienen formas y volúmenes diferentes, sus motivaciones también y la única forma de averiguar hasta qué punto es escuchándolos.
Diferenciarse ha estado relacionado con el incorformismo: "Yo soy diferente, soy especial".
Esta es una las características que forman parte de las tribus urbanas. Una ropa en concreto, una gama de colores, accesorios, marcas o modos determinados ayudan a definir el “estilo” de una tribu en particular. De alguna manera todo el mundo pertenece a una tribu, extendiendo el concepto, ejecutivos, amas de casa, padres treintañeros, un “yo paso de marcas y me pongo lo primero que veo”, adictos a los productos Apple, Nike, Armani, Vans,… Todos formamos parte de algún colectivo consciente o inconscientemente.
Alvin Toffler, en su obra Tercera Ola, empezó a hablar de la personalización masiva: los sistemas de fabricación flexible permiten hacer tiradas pequeñas de cualquier tipo de producto, de forma que, eventualmente se pueden hacer productos diferentes para cada persona; hoy en día en cualquier ciudad puedes ir a una tienda de playeras donde te pueden bordar “Soy el mejor” o estampen la foto de tu hijo en tres colores diferentes.
¿Es pues la personalización un signo de rebeldía, un gadget más, un soy “cool”? Un poco de todo quizás , pero permite tanto a empresas como consumidores INFINITAS COMBINACIONES y NUEVAS RELACIONES.
En 1993 Joseph Pine difunde el término “Personalización masiva” (Mass Customization), concepto ya acuñado por Stan Davis. En su galardonada publicación Mass Customization: The New Frontier in Business Competition, Joseph Pine detalla el giro que algunas empresas han dado al inclinarse hacia la individualización y la personalización en la comercialización de bienes, basados en los costos de la producción masiva. Este giro implica satisfacer al cliente de manera individual, creando un valor único en el consumo del producto.
Esta nueva concepción supone un nuevo y revolucionario enfoque para el mundo de los negocios. Se trata básicamente de elaborar ofertas a medida o, en otras palabras, producir masivamente ofertas hechas de forma individual. Es así que en la personalización masiva se produce una combinación entre modelo de producción masiva y marketing one-to-one. Lo que importa es comercializar en masa productos básicos pero que sean adaptables a las circunstancias y gustos específicos de cada cliente.
La personalización masiva es una nueva y efectiva manera de enfrentarse a las crecientes demandas del mercado en el complejo mundo actual y con el objetivo de optimizar siempre la relación con el cliente. Indudablemente la personalización masiva marcará un cambio con respecto a la manera de hacer negocios en los tiempos que corren. Para algunos quizá parezca un imposible, pero vale la pena asumir el desafío y pensar en maneras de implementarla.
Diferenciarse ha estado relacionado con el incorformismo: "Yo soy diferente, soy especial".
Esta es una las características que forman parte de las tribus urbanas. Una ropa en concreto, una gama de colores, accesorios, marcas o modos determinados ayudan a definir el “estilo” de una tribu en particular. De alguna manera todo el mundo pertenece a una tribu, extendiendo el concepto, ejecutivos, amas de casa, padres treintañeros, un “yo paso de marcas y me pongo lo primero que veo”, adictos a los productos Apple, Nike, Armani, Vans,… Todos formamos parte de algún colectivo consciente o inconscientemente.
Alvin Toffler, en su obra Tercera Ola, empezó a hablar de la personalización masiva: los sistemas de fabricación flexible permiten hacer tiradas pequeñas de cualquier tipo de producto, de forma que, eventualmente se pueden hacer productos diferentes para cada persona; hoy en día en cualquier ciudad puedes ir a una tienda de playeras donde te pueden bordar “Soy el mejor” o estampen la foto de tu hijo en tres colores diferentes.
¿Es pues la personalización un signo de rebeldía, un gadget más, un soy “cool”? Un poco de todo quizás , pero permite tanto a empresas como consumidores INFINITAS COMBINACIONES y NUEVAS RELACIONES.
En 1993 Joseph Pine difunde el término “Personalización masiva” (Mass Customization), concepto ya acuñado por Stan Davis. En su galardonada publicación Mass Customization: The New Frontier in Business Competition, Joseph Pine detalla el giro que algunas empresas han dado al inclinarse hacia la individualización y la personalización en la comercialización de bienes, basados en los costos de la producción masiva. Este giro implica satisfacer al cliente de manera individual, creando un valor único en el consumo del producto.
Esta nueva concepción supone un nuevo y revolucionario enfoque para el mundo de los negocios. Se trata básicamente de elaborar ofertas a medida o, en otras palabras, producir masivamente ofertas hechas de forma individual. Es así que en la personalización masiva se produce una combinación entre modelo de producción masiva y marketing one-to-one. Lo que importa es comercializar en masa productos básicos pero que sean adaptables a las circunstancias y gustos específicos de cada cliente.
La personalización masiva es una nueva y efectiva manera de enfrentarse a las crecientes demandas del mercado en el complejo mundo actual y con el objetivo de optimizar siempre la relación con el cliente. Indudablemente la personalización masiva marcará un cambio con respecto a la manera de hacer negocios en los tiempos que corren. Para algunos quizá parezca un imposible, pero vale la pena asumir el desafío y pensar en maneras de implementarla.
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