En el espacio, donde sabemos que las leyes terrestres: día, noche, arriba, abajo y gravedad; ya no se pueden aplicar, es posible, que de lo más extraño en sucesos, sea con el café.
El profesor de física Mark Weislogel, de la Universidad Estatal de Portland, ha invertido mucho tiempo pensando en el café, y describe los sucesos como toda una gran hazaña para lograr tomar café de la taza, pues en ausencia del efecto gravitacional, el manejo de líquidos puede tornarse bastante complicado.
Supongamos que estás en la estación espacial con una taza de café en la mano, lo más natural sería inclinar la taza en dirección a los labios, pero al hacerlo, el café sería bastante difícil de controlar, de hecho, probablemente no saldría de la taza. Tendrías que agitar la taza hacia la cara y esperar que algo del líquido caliente lograse desprenderse y flotar en dirección de tu boca. Con mucho optimismo, quizás seguirías despierto para cuando la taza se vacíe.
El café no es el único líquido con comportamiento extraño en el espacio; los combustibles criogénicos, los refrigerantes térmicos, el agua potable y la orina también lo tienen. El comportamiento de los líquidos en el espacio es una de las cosas que más van en contra de la intuición humana, y esto representa un desafío extremo para los ingenieros que se encuentran a cargo del diseño de los sistemas para las naves espaciales.
Con el objetivo de obtener un mejor entendimiento de los líquidos bajo condiciones de ingravidez, Weislogel y sus colaboradores realizan experimentos sobre el flujo capilar a bordo de la Estación Espacial Internacional. “Si dos superficies sólidas se encuentran a un ángulo lo suficientemente pequeño, los líquidos en condiciones de microgravedad fluirán de modo natural a través del canal sin necesidad de realizar ningún tipo de bombeo. Este efecto capilar podría ser utilizado con el fin de guiar líquidos a través de una nave espacial, desde combustibles criogénicos hasta el reciclado de agua”.
El profesor de física Mark Weislogel, de la Universidad Estatal de Portland, ha invertido mucho tiempo pensando en el café, y describe los sucesos como toda una gran hazaña para lograr tomar café de la taza, pues en ausencia del efecto gravitacional, el manejo de líquidos puede tornarse bastante complicado.
Supongamos que estás en la estación espacial con una taza de café en la mano, lo más natural sería inclinar la taza en dirección a los labios, pero al hacerlo, el café sería bastante difícil de controlar, de hecho, probablemente no saldría de la taza. Tendrías que agitar la taza hacia la cara y esperar que algo del líquido caliente lograse desprenderse y flotar en dirección de tu boca. Con mucho optimismo, quizás seguirías despierto para cuando la taza se vacíe.
El café no es el único líquido con comportamiento extraño en el espacio; los combustibles criogénicos, los refrigerantes térmicos, el agua potable y la orina también lo tienen. El comportamiento de los líquidos en el espacio es una de las cosas que más van en contra de la intuición humana, y esto representa un desafío extremo para los ingenieros que se encuentran a cargo del diseño de los sistemas para las naves espaciales.
Con el objetivo de obtener un mejor entendimiento de los líquidos bajo condiciones de ingravidez, Weislogel y sus colaboradores realizan experimentos sobre el flujo capilar a bordo de la Estación Espacial Internacional. “Si dos superficies sólidas se encuentran a un ángulo lo suficientemente pequeño, los líquidos en condiciones de microgravedad fluirán de modo natural a través del canal sin necesidad de realizar ningún tipo de bombeo. Este efecto capilar podría ser utilizado con el fin de guiar líquidos a través de una nave espacial, desde combustibles criogénicos hasta el reciclado de agua”.
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