Más del 60% de alimentos industrializados que se consumen para el desayuno se componen de azúcar refinada y harina refinada: pan dulce, pan de caja, barras de granola, jugos, yogurts, gelatinas, leches de sabor y la elección más popular, cereales procesados.
El cereal no siempre fue así. De hecho, hasta finales de 1800, no existían cajas de cereal industrializadas. El consumo era principalmente cereales calientes, conocidos como "papilla", granos enteros de trigo, mijo, centeno, avena o arroz, cosechados localmente, cocinados lentamente con agua y donde el azúcar refinada nunca estuvo en la receta.
Fue hasta que John Harvey Kellog, en un esfuerzo por replicar granola y muesli [alimentos que promovían la salud en los sanatorios durante el siglo 19], experimento hirviendo trigo, laminándolo en escamas finas y hornearlo en la búsqueda de que podría ser envasado y conservado. Fue así como el cereal en caja surgió para el mercado de masas.
Estos cereales en caja para supermercados, comúnmente utilizados para el desayuno, son de los mayores culpables en la obstrucción de nuestra salud y bienestar, debido al alto contenido de azúcar; y aunque muchas cajas de cereal ahora se etiquetan como grano entero o alto en fibra, si te tomas el tiempo para examinar de cerca sus ingredientes, te darás cuenta de que a pesar de "granos integrales", encontrarás también una gran cantidad de harina refinada en la mezcla, siendo esta "harina de trigo".
Considera también que no hay frescura en los cereales de caja, desconocemo cuando se cosecharon los granos de trigo o de avena que se utilizan en ello ¿Fue el mes pasado o el año pasado? ¿Qué pasa con la harina que se utilizó? ¿Cuando se molieron exactamente esos granos? Recuerda que la frescura es importante para en la densidad de los nutrientes, por no hablar de sabor. Y el azúcar, por supuesto, se alimenta de nuestros deseos biológicos por la dulzura, sin olvidar los daños que esta causa a nuestro organismo en conjunto con la harina refinada.
Es hora de que tomemos una mirada consciente en el uso de estos cereales para el desayuno y desaprendamos la forma en que la conocemos, eligiendo insumos correctos y educando paladares para disfrutar de ello.
El cereal no siempre fue así. De hecho, hasta finales de 1800, no existían cajas de cereal industrializadas. El consumo era principalmente cereales calientes, conocidos como "papilla", granos enteros de trigo, mijo, centeno, avena o arroz, cosechados localmente, cocinados lentamente con agua y donde el azúcar refinada nunca estuvo en la receta.
Fue hasta que John Harvey Kellog, en un esfuerzo por replicar granola y muesli [alimentos que promovían la salud en los sanatorios durante el siglo 19], experimento hirviendo trigo, laminándolo en escamas finas y hornearlo en la búsqueda de que podría ser envasado y conservado. Fue así como el cereal en caja surgió para el mercado de masas.
Estos cereales en caja para supermercados, comúnmente utilizados para el desayuno, son de los mayores culpables en la obstrucción de nuestra salud y bienestar, debido al alto contenido de azúcar; y aunque muchas cajas de cereal ahora se etiquetan como grano entero o alto en fibra, si te tomas el tiempo para examinar de cerca sus ingredientes, te darás cuenta de que a pesar de "granos integrales", encontrarás también una gran cantidad de harina refinada en la mezcla, siendo esta "harina de trigo".
Considera también que no hay frescura en los cereales de caja, desconocemo cuando se cosecharon los granos de trigo o de avena que se utilizan en ello ¿Fue el mes pasado o el año pasado? ¿Qué pasa con la harina que se utilizó? ¿Cuando se molieron exactamente esos granos? Recuerda que la frescura es importante para en la densidad de los nutrientes, por no hablar de sabor. Y el azúcar, por supuesto, se alimenta de nuestros deseos biológicos por la dulzura, sin olvidar los daños que esta causa a nuestro organismo en conjunto con la harina refinada.
Es hora de que tomemos una mirada consciente en el uso de estos cereales para el desayuno y desaprendamos la forma en que la conocemos, eligiendo insumos correctos y educando paladares para disfrutar de ello.
Hay muchas maneras en que podemos gozar de los cereales en su conjunto. Empecemos por explorar la gran variedad de granos enteros a nuestra disposición, no sólo la avena y trigo, culturas de todo el mundo, dependen de la quinua, mijo, trigo sarraceno y arroz para alimentar sus mañanas, aprendamos de ello, prueba recetas y experimenta con los granos enteros, ingredientes integrales, eliminando refinados y edulcorantes.
Para iniciar este cambio, o incluir en tu recetario, te compartimos una de las alternativas favoritas, “Cereal de arroz, plátano y canela” que podemos preparar en cuestión de minutos y es una receta de Pooja R. Mottl, Chef & Healthy Eating Coach.
Ingredientes (para 1 ó 2 tazones)
Proceso (tiempo total: 10 minutos)
Calienta la sartén a fuego lento, recubriendo la superficie con un poco de mantequilla o aceite de oliva.Añade los pedazos del plátano, expandiéndolos a lo largo y ancho del sartén. Cocina la fruta durante 1 ó 2 minutos, hasta que notes que los bordes se tornen cafés por el proceso de la caramelización.Agrega el arroz cocinado en la sartén y, utilizando la espátula, empieza a mezclar los dos ingredientes. Durante algunos minutos, asegúrate que el arroz se caliente.
Finalmente, agrega la canela y mezcla todos los ingredientes. Remuévelo y aderézalo con canela y con la leche de almendra a tu gusto.
Para iniciar este cambio, o incluir en tu recetario, te compartimos una de las alternativas favoritas, “Cereal de arroz, plátano y canela” que podemos preparar en cuestión de minutos y es una receta de Pooja R. Mottl, Chef & Healthy Eating Coach.
Ingredientes (para 1 ó 2 tazones)
- Aceite de olive o mantequilla orgánica para recubrir la sartén
- 1 plátano maduro, cortado en pedazos
- 1 taza de arroz integral cocinado
- ½ – ¾ cucharaditas de canela molida
- Leche orgánica de almendras (o alguna leche a base de planta)
Proceso (tiempo total: 10 minutos)
Calienta la sartén a fuego lento, recubriendo la superficie con un poco de mantequilla o aceite de oliva.Añade los pedazos del plátano, expandiéndolos a lo largo y ancho del sartén. Cocina la fruta durante 1 ó 2 minutos, hasta que notes que los bordes se tornen cafés por el proceso de la caramelización.Agrega el arroz cocinado en la sartén y, utilizando la espátula, empieza a mezclar los dos ingredientes. Durante algunos minutos, asegúrate que el arroz se caliente.
Finalmente, agrega la canela y mezcla todos los ingredientes. Remuévelo y aderézalo con canela y con la leche de almendra a tu gusto.
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