Por eso vivimos felices. Porque sumamos y multiplicamos para todos y con todos ¡Muchas felicidades a los rangos de Agosto y a quienes están haciendo posible este movimiento!
Iniciemos Septiembre trabajando con un valor importante para con nosotros mismos, nuestros hijos, familia, amigos y toda persona que nos rodea.
Desde lo personal, este valor simboliza el ingrediente base para el logro de cualquier objetivo y el fortalecimiento de toda relación.
CONFIANZA: La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene de sí, de otro individuo o de algo.
Para confiar en otra persona hace falta primero tener un conocimiento. Cuanto más se conoce, más confianza hay en una relación. Donde hay confianza se da una buena comunicación, asertiva y enriquecedora. De aquí que en las relaciones es muy importante cuidar mucho la confianza. Ésta siempre se tiene que basar en la libertad.
La verdadera confianza existe cuando hay madurez en las relaciones humanas. Implica estabilidad, respeto, amor. Todos necesitamos que alguien confíe en nosotros. Quien confía en otra persona la hace crecer y contribuye a su felicidad.
Sin confianza no hay acuerdo posible, sin confianza no hay respeto, no hay crecimiento. La desconfianza produce desgaste, la desconfianza desmotiva, crea distancia entre las personas, crea (dentro del ser humano) muchos escudos, protecciones y caretas que son difíciles de derribar.
Ahora bien:
¿Cuánto confías en ti mismo?
¿Cuántas oportunidades, trabajos, personas, has dejado pasar por no confiar en ti?
La confianza en uno mismo es importante para todas las áreas de la vida, es una cuestión de supervivencia. La premisa básica es que nadie consigue transmitir confianza si no confía en sí mismo, lo mismo en la relación afectiva que en la personal o profesional.
Por ejemplo, ¿cómo puede alguien vender un producto si no confía en sí mismo? Considero que el diferencial es creer en sí mismo, lo cual se reflejará en su producto y en la empresa para la cual trabaja, y todo ello ciertamente se transmitirá al cliente. ¿Cómo transmitir confianza en la relación afectiva sin conflictos originados por la inseguridad, sin confianza en sí mismo? En fin, la confianza en el otro depende mucho de la confianza en uno mismo.
Desde lo personal, este valor simboliza el ingrediente base para el logro de cualquier objetivo y el fortalecimiento de toda relación.
CONFIANZA: La confianza es la seguridad o esperanza firme que alguien tiene de sí, de otro individuo o de algo.
Para confiar en otra persona hace falta primero tener un conocimiento. Cuanto más se conoce, más confianza hay en una relación. Donde hay confianza se da una buena comunicación, asertiva y enriquecedora. De aquí que en las relaciones es muy importante cuidar mucho la confianza. Ésta siempre se tiene que basar en la libertad.
La verdadera confianza existe cuando hay madurez en las relaciones humanas. Implica estabilidad, respeto, amor. Todos necesitamos que alguien confíe en nosotros. Quien confía en otra persona la hace crecer y contribuye a su felicidad.
Sin confianza no hay acuerdo posible, sin confianza no hay respeto, no hay crecimiento. La desconfianza produce desgaste, la desconfianza desmotiva, crea distancia entre las personas, crea (dentro del ser humano) muchos escudos, protecciones y caretas que son difíciles de derribar.
Ahora bien:
¿Cuánto confías en ti mismo?
¿Cuántas oportunidades, trabajos, personas, has dejado pasar por no confiar en ti?
La confianza en uno mismo es importante para todas las áreas de la vida, es una cuestión de supervivencia. La premisa básica es que nadie consigue transmitir confianza si no confía en sí mismo, lo mismo en la relación afectiva que en la personal o profesional.
Por ejemplo, ¿cómo puede alguien vender un producto si no confía en sí mismo? Considero que el diferencial es creer en sí mismo, lo cual se reflejará en su producto y en la empresa para la cual trabaja, y todo ello ciertamente se transmitirá al cliente. ¿Cómo transmitir confianza en la relación afectiva sin conflictos originados por la inseguridad, sin confianza en sí mismo? En fin, la confianza en el otro depende mucho de la confianza en uno mismo.
¡Estemos atentos a lo que de este valor se puede derivar!
“La confianza en uno mismo y la rápida decisión
son el preludio del éxito” –José Martí