Los humanos subconscientemente podemos detectar y asimilar los cambios en los estímulos del entorno sin saber de dónde salió la información, o lo que ha cambiado exactamente. Este fenómeno, de "saber que no sabe", también se interpreta con la capacidad psíquica o sobrenatural de la intuición.
Sin decir una palabra, absorbemos enormes cantidades de información. Como una persona se viste, da pistas sobre su estilo de vida y la clase económica, como una persona habla, puede proporcionar información clave acerca de su educación, crianza, e incluso la nacionalidad; su físico en general, da pistas acerca de la salud, el nivel de condición física, e incluso su profesión.
Hagamos un ejercicio, donde el psicólogo experimental Daniel Simons, expone la ceguera al cambio, de cómo las personas detectamos los cambios, pero sin identificarlos en su totalidad.
El objetivo es contar cuántos pases de balón hacen los del equipo blanco, así que presta atención para que obtengas el resultado correcto.
La ceguera al cambio es un fenómeno perceptivo que se produce como consecuencia de que sólo una pequeña parte de lo que percibimos entra en la conciencia. No percibimos los cambios en el entorno, simplemente porque nuestra atención está en otra cosa, así que es fácil no reparar en algo que está ahí delante, porque estoy buscando algo definido o tratando de entender la vida misma.
La cognición (del latín: cognoscere, "conocer") se define como la facultad de un ser vivo para procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido (experiencia) y características subjetivas que permiten valorar la información. Consiste en procesos tales como el aprendizaje, razonamiento, atención, memoria, resolución de problemas, toma de decisiones y procesamiento del lenguaje.
Sin embargo, también se dice que los procesos cognitivos pueden ser no sólo naturales, sino también artificiales, así como conscientes o inconscientes, lo que explica el por qué se ha abordado su estudio desde diferentes perspectivas incluyendo la neurología, psicología, sociología, filosofía, las diversas disciplinas antropológicas, y las ciencias de la información - tales como la inteligencia artificial, la gestión del conocimiento y el aprendizaje automático.
En pocas palabras, al recopilar información notamos cambios que no sabemos cómo o por qué, dado que no estamos enterados de las interacciones internas y externas que la información provoca en procesos colaterales, y empleamos, tal vez, la forma de la intuición o incluso información psíquica.
El estudio, "Detectar cambios no identificados", publicado el 13 de enero en la revista de acceso abierto PLOSone, no desacredita las posibilidades de supuestos poderes psíquicos, pero proporciona un mecanismo de prueba veraz de sentir los cambios inconscientes de percibir.
Sin decir una palabra, absorbemos enormes cantidades de información. Como una persona se viste, da pistas sobre su estilo de vida y la clase económica, como una persona habla, puede proporcionar información clave acerca de su educación, crianza, e incluso la nacionalidad; su físico en general, da pistas acerca de la salud, el nivel de condición física, e incluso su profesión.
Hagamos un ejercicio, donde el psicólogo experimental Daniel Simons, expone la ceguera al cambio, de cómo las personas detectamos los cambios, pero sin identificarlos en su totalidad.
El objetivo es contar cuántos pases de balón hacen los del equipo blanco, así que presta atención para que obtengas el resultado correcto.
La ceguera al cambio es un fenómeno perceptivo que se produce como consecuencia de que sólo una pequeña parte de lo que percibimos entra en la conciencia. No percibimos los cambios en el entorno, simplemente porque nuestra atención está en otra cosa, así que es fácil no reparar en algo que está ahí delante, porque estoy buscando algo definido o tratando de entender la vida misma.
La cognición (del latín: cognoscere, "conocer") se define como la facultad de un ser vivo para procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido (experiencia) y características subjetivas que permiten valorar la información. Consiste en procesos tales como el aprendizaje, razonamiento, atención, memoria, resolución de problemas, toma de decisiones y procesamiento del lenguaje.
Sin embargo, también se dice que los procesos cognitivos pueden ser no sólo naturales, sino también artificiales, así como conscientes o inconscientes, lo que explica el por qué se ha abordado su estudio desde diferentes perspectivas incluyendo la neurología, psicología, sociología, filosofía, las diversas disciplinas antropológicas, y las ciencias de la información - tales como la inteligencia artificial, la gestión del conocimiento y el aprendizaje automático.
En pocas palabras, al recopilar información notamos cambios que no sabemos cómo o por qué, dado que no estamos enterados de las interacciones internas y externas que la información provoca en procesos colaterales, y empleamos, tal vez, la forma de la intuición o incluso información psíquica.
El estudio, "Detectar cambios no identificados", publicado el 13 de enero en la revista de acceso abierto PLOSone, no desacredita las posibilidades de supuestos poderes psíquicos, pero proporciona un mecanismo de prueba veraz de sentir los cambios inconscientes de percibir.
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